Si es posible crear una escultura en la punta de un lápiz, debe ser posible crear piezas que quepan en el ojal de una aguja. O al menos, eso es lo que pensó el artista inglés Willard Wigan antes de intentar -y conseguir- meter esculturas detalladas sobre diversos objetos y personajes de la vida diaria en el ojo de una aguja.
Cómo se puede comprobar en la galería, para apreciar el arte de Wigan se debe tener una vista en perfecto estado. De hecho, las piezas que se encuentran a la venta incluyen soportes con lentes e iluminación poder ver los detalles de la obra en su totalidad. En Monkeyzen les hemos hablado varias veces de creaciones en miniatura, pero las piezas de Willard Wigan rompen completamente con el estándar y muy rara vez superan el tamaño de los glóbulos rojos que viajan por nuestras venas.
"Todo comenzó cuando tenía 5 años de edad. Empecé haciendo casas para hormigas porque pensé que ellas necesitaban un lugar para vivir. Después les hice zapatos y sombreros. Era un mundo de fantasía al que yo escapaba dónde mi disléxia no me retenía y donde mis maestros no me criticaban. Así es como mi carrera como micro-escultor comenzó."
No cabe duda que tanto su trabajo, como su talento no tienen límites.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario