Hilaire-Germain-Edgar de Gas, más conocido como Edgar Degas fue un pintor y escultor francés, conocido por su visión particular sobre el mundo del ballet, capturando escenas sutiles y bellas, en obras al pastel.
Sus composiciones innovadoras, sus magistrales dibujos y su perspicaz análisis del movimiento le convirtieron en uno de los maestros del arte moderno de finales del siglo XIX.
A Degas se le suele asociar con los impresionistas y, de hecho, expuso con ellos en siete de las ocho exposiciones que realizaron. Sin embargo, su formación clásica en el dibujo y su rechazo por la pintura directa al aire libre dio lugar a un estilo que representó una alternativa relacionada con el impresionismo.
Degas nació el 19 de julio de 1834 en París, en el seno de una acaudalada familia de banqueros. Estudió en la Escuela de Bellas Artes con un discípulo del pintor neoclásico francés Jean Auguste Dominique Ingres, allí desarrolló la gran técnica como dibujante que se convertiría en una de las características más sobresalientes de su arte.
A partir de 1865, influido por el movimiento impresionista, entonces en ciernes, abandonó los temas académicos para dedicarse a una temática contemporánea. Pero, a diferencia de los impresionistas, prefirió trabajar en su taller y no le interesó el estudio de la luz natural que tanto fascinó a aquéllos.
A Degas le gustaban los temas del teatro, por lo que la mayor parte de su obra representa teatros, cafés, teatros de variedades o gabinetes y carreras de caballos. Degas fue un gran observador del ser humano —sobre todo de las mujeres, en las que se centra gran parte de su obra— y tanto en sus retratos como en sus estudios de bailarinas, sombrereras y lavanderas, cultivó una objetividad absoluta, intentando atrapar las posturas más naturales y espontáneas de sus modelos como las que podían registrarse en las fotografías.
En la década de 1880, cuando comenzó a perder visión, Degas empezó a trabajar con dos medios nuevos que no requerían gran agudeza visual, la escultura y el pastel. En su escultura, al igual que en su pintura, intentó atrapar la acción del momento, y sus bailarinas de ballet y desnudos femeninos están representados en poses que evidencian los esfuerzos físicos de las modelos.
Sus pasteles suelen ser composiciones simples con muy pocas figuras. Se vio forzado a recurrir a los colores brillantes y a los gestos de gran expresividad, prescindiendo de la línea precisa y el cuidado detalle pero, a pesar de esas limitaciones, sus últimas obras son de una elocuencia, expresividad y grandiosidad no alcanzadas por ninguna de sus obras anteriores, como puede verse en la excelente selección de su obra presente en el Museo de Orsay de París.
Degas no gozó de gran fama en su época y su auténtica dimensión artística no habría de valorarse hasta después de su muerte, acaecida el 27 de septiembre de 1917 en París.
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