Shelley Miller no es una decoradora de pasteles, pero utiliza el azúcar glas para crear preciosos murales con patrones, líneas y hasta flores.
Miller es una artista de instalación y es por eso que sus obras las realiza en exteriores. Para darle un toque bonito al azúcar glas le pone pintura comestible de color azul a los azulejos de azúcar blancos y coloca todos estos hasta formar el mural completo. Al realizar sus bellas esculturas al aire libre explora los factores que ella no puede controlar como el clima, el tiempo y la autenticidad histórica.
Las instalaciones pueden durar días, horas, semana, meses o simplemente deshacerse con la lluvia el mismo día que fueron hechas. A medida que las obras de arte van desapareciendo, lo único que queda es el recuerdo de las personas que las pudieron admirar.
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