Sirviéndose de un defecto genético natural, establecido por la acción de un gen de la miostatina, responsable de la desproporcionada magnitud que desarrollan los músculos bovinos, especialmente los de la raza Azul Belga, los científicos han logrado criar ganados enteros de súper-vacas con doble musculatura.
Si bien esta metodología ha disparado las más severas controversias, lo cierto es que no se trata de una aberración científica, sino de la extensión de una anomalía presente hace siglos entre las razas vacunas del mundo. Las variantes en la textura y el sabor son apenas apreciables si se las contrasta, con fino paladar, sobre las carnes tradicionales.
La crianza transgénica de las Azules Belgas, sumado a la producción del tipo Feed Lot, son en realidad una esperanza a futuro para paliar las crisis alimentarias en vastos sectores de la población mundial, generalmente relegados por asimetrías económicas.
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