miércoles, 28 de marzo de 2012

La Cronología de una Tragedia

Organizan partido de rugby a 40 años de la tragedia de los Andes Sobrevivientes, familiares y deportistas jugarán un partido a 3.800 metros en el marco de una serie de homenajes cuando se cumplan cuatro décadas de la tragedia.


Sobrevivientes del accidente aéreo en la cordillera de Los Andes, en el que murieron 29 uruguayos en 1972, familiares y deportistas jugarán un partido de rugby en el lugar de la tragedia para homenajear a las víctimas a casi 40 años de ocurrido el hecho.Según confirmaron los organizadores de la iniciativa, que se llevará a cabo en la provincia argentina de Mendoza (oeste), el encuentro de rugby formará parte de un homenaje de tres días, entre el 23 y el 26 de este mes, en el cerro El Sosneado. Para ello, precisaron, se montará un campo de juego a unos 3.800 metros de altitud.El homenaje contará con la presencia del médico Gustavo Zerbino, uno de los 16 sobrevivientes de la denominada "Tragedia de los Andes". Una vez finalizado el partido, se emprenderá un nuevo ascenso para llevar la pelota y una placa de la Fundación Rugby sin Fronteras hasta la cruz que recuerda a "los 45" pasajeros que viajaban en el avión, y el día de montaña se cerrará con un fogón.....



MONTEVIDEO, Uruguay.- "¿Sabés por qué la historia sigue interesando? Porque estamos vivos. Los 16 que sobrevivimos hace 36 años estamos vivos", dice enérgicamente José Luis Nicolás Inciarte, e intenta explicar el porqué de la edición de La sociedad de la nieve , el libro de Pablo Vierci que reúne a los sobrevivientes de los Andes. "La historia interesa más ahora que hace treinta años porque el mundo cambió muchísimo. Hoy se habla y se resalta mucho más los valores, el espíritu humano, la amistad -asegura Adolfo Luis Strauch-. En esta historia, en la nuestra, hay una cantidad de valores humanos que estaban escondidos."

Octubre de 1972 comienza la historia...

Jueves 12: El Fairchild F-227 despega de Carrasco y aterriza en Mendoza.


Esta fotografía fué tomada horas antes del accidente. En ella aparecen varios de los pasajeros del Fairchild.



Viernes 13: Despegan de Mendoza y caen en los Andes. En el choque mueren trece personas. Durante la noche mueren 3 personas más.





Sábado 14: Se dan cuenta que Vizintín pierde sangre por uno de sus brazos y detienen la hemorragia. Encuentran al copiloto Dante Lagurara muerto y al mediodía también muere la señora Mariani.




Domingo 15: Adolfo Strauch inventa el convertidor de nieve en agua. Fernando Parrado recobra el conocimiento y cuida de su hermana Susana que está en estado crítico. Poco después del mediodía ven pasar a tres aviones, pero siguen de largo. Poco después pasa uno demasiado cerca de los restos del Fairchild y mueve las alas, lo que les hace creer a los supervivientes que fueron vistos. Al ver esto quedan seguros de que el rescate vendría de un minuto a otro, pero nada pasa aquel día. Avanzada la tarde, el capitán del equipo Marcelo Perez descubre que alguien se comió parte de la comida que estaban racionando.





Lunes 16: Canessa construye hamacas para los heridos que son usadas por Rafael Echevarren y Arturo Nogueira. Fito Strauch descubre que si atan los almohadones a los pies no se hunden en la nieve.





Martes 17: Carlos Páez, Turcatti, Canessa y Fito Strauch salen caminando en dirección a la montaña para buscar la cola y ver que hay del otro lado. Strauch al pasar por una grieta se hunde, pero sus compañeros lo rescatan. Muy cansados deciden volver sin haber encontrado nada.





Sábado 21: Fallece Susana Parrado en los brazos de su hermano Nando.





Domingo 22: Se realiza una reunión en el interior del avión y deciden utilizar los cuerpos sin vida como alimento ya que en la montaña no hay vegetales ni nada comestible y las subsistencias que poseen se están acabando. Canessa es quién toma la iniciativa, aunque algunos se rehúsan.





Lunes 23: A través de una radio que se encontraba en el interior del Fairchild, los sobrevivientes se enteran que el servicio aéreo de rescate ha suspendido la búsqueda en vista a los malos resultados obtenidos. Turcatti, Maspons y Zerbino suben la montaña siguiendo el camino que dejó el avión al deslizarse por la nieve. Aquel lunes deciden pasar la noche en la montaña y al otro día seguir.



Martes 24: Siguen la ascensión y encuentran pedazos de un ala, el cuerpo muerto de uno de sus amigos, a tres miembros del “Old Christians” y a dos personas de la tripulación. Finalmente vuelven al avión sin haber hallado la cola.

Domingo 29: Ya de tarde cuando los sobrevivientes se disponen a pasar otra noche en el fuselaje del avión, una avalancha desciende por la montaña y con toda su furia entra en el Fairchild, sepultando así a los que permanecían acostados. Las personas que son liberadas tratan de rescatar a aquellas que todavía permanecen enterradas bajo la nieve. Esa noche ocho personas mueren bajo la nieve, quedando así, hasta el momento, 19 sobrevivientes.




Lunes 30: Le festejan el cumpleaños a Numa Turcatti en el interior del avión ya que no pueden salir debido a que en el exterior hay tormenta y también debido a la capa de nieve que enterró al fuselaje con la avalancha.




Martes 31: Festejan el cumpleaños de Carlos Páez de igual manera que el de Numa Turcatti.




NOVIEMBRE DE 1972

Miércoles 1: Mejora el tiempo y acondicionan el avión. También es el cumpleaños de Pancho Delgado. Los días que siguen son de buen tiempo y ya con palas confeccionadas por ellos pueden quitar la nieve del interior del fuselaje y sacan a los muertos fuera del avión.
François e Inciarte escalan 100 metros de la montaña y vuelven. Pocos días mas tarde Turcatti y Algorta suben hasta el ala del avión.





Domingo 5: Páez, Harley y Vizintín salen en una expedición de prueba que dura 2 días. El plan consiste en bajar por el valle para ver el estado físico y mental que tienen los tres expedicionarios y luego seleccionar a uno para acompañar a Canessa y a Parrado en la expedición final.
Encuentran la puerta trasera del avión, dos cacharros de aluminio y otro recipiente que contiene residuos de café. La vuelta se torna imposible. Llegan a los restos del avión después de que el sol se esconde. Finalmente, pese al sufrimiento que reciben Harley y Páez durante esta expedición, Vizintín es el seleccionado para acompañar a Parrado y a Canessa.





Miércoles 15: Fallece Arturo Nogueira debido a las heridas en sus piernas que se habían inflamado. Los expedicionarios intentan salir para el oeste pero a las tres horas están de vuelta debido a las condiciones climáticas.





Viernes 17: Parrado Canessa y Vizintín parten hacia el oeste intentando llegar a Chile. En el camino encuentran la cola del avión y a su alrededor, montones de valijas, dentro de ellas encuentran comestibles, ropas y cartones de cigarrillos. Dentro de la cola hallan las baterías. Aquel día duermen allí dentro, en mejores condiciones que en el fuselaje del avión.




Sábado 18: Los tres expedicionarios siguen su caminata hacia el noroeste y deciden pasar la noche en la montaña. Mientras tanto, en el avión muere Rafael Echevarren.

Domingo 19: Vuelven a la cola, deciden no llevar las baterías al avión porque son muy pesadas, si no que llevarían la radio a la cola. De allí regresan a los restos del Fairchild, donde se encontraban sus demás compañeros, llevándose consigo lo que encontraron en las valijas.

Jueves 23: Cumple años Bobby François, le regalan un paquete de cigarrillos. Canessa y Parrado despegan la radio del tablero del avión.

Viernes 24: Vizintín, Canessa, Parrado y Harley salen hacia la cola, llevándose consigo la radio. Harley es quien debe intentar hacerla funcionar. Tardan una hora y media en llegar y encuentran nuevas valijas que aparecieron al derretirse la nieve.





Sábado 25: Intentan conectar la radio a las baterías, pero fracasan en todos sus intentos.

Domingo 26: Parrado y Vizintín vuelven al avión ya que se estaban acabando los alimentos que habían llevado. Harley y Canessa quedan en la cola intentando hacer funcionar la radio.

Martes 28: Parrado y Vizintín regresan a la cola con mas provisiones. Se enteran por la radio a transistores que la búsqueda se reanudaría por C-47 de la Fuerza Aérea Uruguaya.

Miércoles 29: Los cuatro, (Harley, Canessa, Vizintín y Parrado) regresan al avión sin haber hecho funcionar la radio.

DICIEMBRE DE 1972

Sábado 9: Cumple años Parrado, le regalan un cigarrillo habano que se encontraba en la cola.

Lunes 11: Hacen una gran cruz en la nieve con las valijas para que los aviones los pudiesen divisar. Aquel día muere Numa Turcatti, gran amigo de Pancho Delgado.




Martes 12: Canessa, Parrado y Vizintín salen en la última expedición rumbo al oeste para encontrarse con los valles de Chile. Esa noche duermen al lado de una gran roca y dentro del saco de dormir, que previamente habían fabricado.

Miércoles 13: Canessa descubre una línea a lo largo del valle, lo cual hace creer que es una carretera. No lo menciona y siguen ascendiendo. A la tarde llegan a un lugar similar al que habían dormido la noche anterior y deciden quedarse allí. Canessa comenta lo de la carretera y crea una discusión, él por su parte pensaba en volver e ir hacia aquel lugar y Parrado lo consideraba una locura. Finalmente se disponen a dormir sin haber llegado a una conclusión.
Mientras tanto en el avión, Zerbino y Fito suben a buscar los cadáveres ya que se les estaban acabando las provisiones. Encuentran uno, pero lo dejan a varios metros del avión porque se sentían cansados.




Jueves 14: Vizintín y Parrado continúan la ascensión hasta la cima, mientras Canessa se queda en el lugar donde durmieron, admirando lo que el cree es una carretera. Finalmente Parrado llega al pico de la montaña y al mirar del otro lado descubre un cordón de montañas interminables.
Aquel día deciden que Vizintín debe dejar su ración y regresar al Fairchild para que a Canessa y Parrado les durase mas el alimento y así poder seguir caminando hasta hallar la civilización en Chile. Esa noche la pasan en el mismo sitio que el día anterior.
En el avión Páez y Algorta suben por el valle en busca de mas cuerpos. Encuentran uno y lo tapan con nieve para que el sol no lo pudra.

Viernes 15: A la mañana los 13 que quedaron en el avión ven que algo se desliza por la montaña. Al principio creyeron que era una roca, pero después se dan cuenta que era Vizintín que estaba utilizando como trineo, uno de los asientos del avión. Al llegar explica a todos que Canessa y Parrado seguirían hacia Chile y que les dejó su parte de la comida.
Ese día Fito, Zerbino y Algorta suben a buscar el cuerpo que habían encontrado el día anterior. Al volver se enteran que los demás escucharon por la radio que la cruz construida por ellos fue descubierta por un C-47 de nacionalidad uruguaya.

Sábado 16: Canessa y Parrado siguen la ascensión hacia la cumbre, lugar donde Parrado ya había estado. Tardaron tres horas en llegar y allí buscaron el mejor camino para descender. Llegada la tarde, habiendo descendido un buen tramo del camino, se disponen a dormir.

Domingo 17: Los que quedaban en el avión se enteran por radio que la cruz hallada por el C-47 era de un grupo de meteorólogos argentinos.
Parrado y Canessa al mediodía llegan a la base de la montaña y siguen andando por el valle que habían acordado cuando estaban en la cima. En una de las paradas que hacen para descansar ven un pequeño arrollo y a su lado descubren musgo y juncos. Era el primer signo de vegetación que veían desde el día del accidente. Canessa a pesar de su cansancio va buscar algunas hiervas y se las come.

Lunes 18: Siguen la marcha por el valle. Parrado se pone impaciente por ver que hay al final del camino y acelera el paso, dejando a Canessa varios metros atrás. Finalmente el valle de nieve se termina y lo que ven es extraordinario, ya no hay nieve, sino que hay cantidades de flores, arbustos y un río por el cual el agua baja en dirección oeste. Allí ven animales, descansan un buen rato y después siguen por el lado derecho del caudal. Después de un rato Canessa se da cuenta que ha perdido los anteojos para el sol, por lo cual debe retroceder a buscarlos, ya que si no lo hacía podría quedarse ciego debido al reflejo del sol en la nieve. Luego, para continuar su marcha se ven obligados a cruzar el torrente. Finalmente se disponen a pasar la mejor noche desde que salieron del avión.

Martes 19: En la mañana de aquel día Canessa ve un grupo de vacas, lo que los alienta a seguir caminando. Mas adelante encuentran el primer signo de civilización, una lata vacía de sopa. Luego encuentran la herradura de un caballo. Mas tarde vuelven a ver las vacas y algunos árboles talados, lo que aseguraba la presencia de civilización. Después de esto se acuestan para dormir, estando seguros de sus salvación.





Miércoles 20: Se despiertan y no ven a las vacas. Se deshacen de las cosas que creen que ya no van a necesitar, como el saco de dormir. Siguen andando por el valle, pero no encuentran mas signos de civilización, lo que los hace alarmar. Canessa comienza a sentirse enfermo, por lo cual Parrado debe llevar las dos mochilas. Finalmente llegan a un lugar donde descubren un corral con paredes de piedra y una puerta. Pasan la noche junto a unos árboles cerca del lugar. Antes de echarse a dormir, Parrado se da cuenta que el río que estaban siguiendo se junta con otro, lo cual les impide el paso para continuar. Cuando él se va a buscar leña, Canessa reconoce un hombre a caballo del otro lado del río y empieza a gritarle a Parrado para que vaya a su encuentro, ya que él no podía caminar. Parrado corre hacia el río en busca del jinete, pero no lo ve y regresa junto a Canessa quién también lo ha perdido de vista. Mas tarde oyen un grito y esta vez ven a tres hombres del otro lado. Los dos piden socorro desesperadamente y hacen gestos de súplica. Uno de los tres hombres se acerca a la orilla del río y grita algo, de lo cual Canessa y Parrado solo pueden entender “mañana”. Finalmente se acuestan a dormir felices por lo acontecido.




Jueves 21: En el avión, Carlos Páez y Daniel Fernández tienen el presentimiento que los dos expedicionarios llegaron a Chile y encontraron ayuda.
En la mañana de aquel día Parrado y Canessa ven a los tres hombres al lado de la cabaña. Parrado se acerca al río y grita a las personas. Uno de ellos baja hacia la orilla y en un papel escribe que ha mandado a un hombre a verlos y que es lo que desean. Lugo de escribir esto envuelve el papel en una piedra y se lo lanza a Parrado. Este escribe lo siguiente:
“Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos como. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar a arriba?. Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?”.




Cuando termina, utiliza el mismo método para devolver el papel. El hombre lo lee e indica que ha entendido su problema. Antes de irse, este arroja un pan al otro lado del río y Parrado lo recibe. Unas horas después llega un hombre a caballo al lugar dónde están Canessa y Parrado. Brevemente le explican su aventura al arriero, este les da pan y luego los lleva a la cabaña, donde comen sin cansancio. Allí, junto al tercer jinete, los nativos les explican que la persona que los había descubierto fue a llevar la carta a los carabineros. A la tarde llega al lugar un grupo de carabineros y Sergio Catalán, el arriero que los descubrió. El jefe de arrieros pide a Santiago tres helicópteros para el recate de los demás sobrevivientes.
Aquel día los muchachos que todavía quedaban en el avión sintonizaron la radio y lo primero que escucharon fue la noticia que un arriero había hallado a dos sobrevivientes del avión uruguayo perdido el 13 de Octubre pasado.






Viernes 22: Cuando los dos se despiertan en la cabaña de los arrieros, se encuentran entre la niebla, lo que los desilusiona ya que en esas condiciones el rescate no podría llevarse a cabo. Después de desayunarse se encuentran con una multitud de periodistas de todas partes del mundo. Ellos responden con gusto a todas sus preguntas, salvo las que se basaban en la alimentación, para las cuales trataban de evadirse. Mas tarde llegan los helicópteros a Los Maitenes (lugar dónde se hallaban). Parrado decide ir en uno de ellos para indicar el camino. El viaje hacia los restos del Fairchild fue duro, pero consiguieron con gran esfuerzo superar la montaña que daba al valle donde se encontraba el avión. Allí descubrieron a los 14 sobrevivientes restantes, que agitaban sus brazos saludando a los helicópteros y agradeciendo a las montañas por el rescate. Finalmente aquel día 6 de los sobrevivientes que quedaban son rescatados. Los demás quedan con equipo médico y andinistas ya que es peligroso volver con los helicópteros aquel día.
Cuando las 6 personas bajan en Los Maitenes, todo es alegría. Los sobrevivientes se abrazan entre si y se revuelcan por el pasto, festejando su salvación. Horas después son transportados al hospital de San Fernando “San Juan de Dios”.




Sábado 23: A las 10 de la mañana los helicópteros vuelven a rescatar a los 8 sobrevivientes que quedaban en el avión. De allí regresan hacia Los Maitenes, donde la fiesta del día anterior se repite. Luego van al regimiento de Colchagua y por último aterrizan en la terraza del hospital del Servicio Nacional de Salud, llamado “Posta Central” en Santiago.
Inciarte y Mangino, que estaban en San Fernando también van a Posta central, mientras que los otros 6 van directamente al Sheraton. Los médicos, no permiten esto a Harley y a Methol por su salud. Finalmente acomodaron a estos cuatro en un salón. A las 7 de la tarde, todos los supervivientes menos Harley, Methol, Inciarte y Mangino se encuentran en el Sheraton de San Cristobal.






Domingo 24: Los cuatro restantes se reúnen con los demás en el Sheraton. Aquel mismo día François y Daniel Fernández regresan a Montevideo. A la noche los demás sobrevivientes festejan la navidad.

Martes 26: Parrado se traslada a una casa en Viña del Mar. Algorta se va a una casa en las afueras de Santiago.
El diario “El mercurio” de Santiago publica en primera plana una fotografía haciendo mención a la antropofagia. Con esto los sobrevivientes se ven obligados a realizar una conferencia de prensa al llegar a Montevideo.

Jueves 28: Los sobrevivientes regresan a Montevideo y dan una conferencia en la cual explican todo lo vivido durante los 70 días. Harley queda en Chile porque se encuentra muy débil, aunque pocos días mas tarde regresa a Montevideo.

El 18 de Enero de 1973, a 27 días del rescate de los sobrevivientes, una patrulla formada por varios miembros del Cuerpo de Socorro Andino y un Cura de Chile, fueron llevados en helicópteros hacia los restos del Fairchild. Allí, a pocos metros del avión levantaron un campamento con la idea de quedarse algunos días. Se dispusieron a reunir los restos que quedaban de los muertos por los alrededores del Fairchild y por la montaña.

A ochocientos metros del avión encontraron una zona donde parecía que no había riesgo de avalanchas y tenía tierra suficiente como para cavar una fosa. Ayudados con palas y picos cavaron un gran hoyo. Allí dieron sepultura a las victimas del accidente.
Junto a la fosa levantaron un rústico altar de piedra y sobre el colocaron una cruz naranja de hierro en la que aún se puede leer “EL MUNDO A SUS HERMANOS URUGUAYOS” y por el otro lado “CERCA, OH DIOS, DE TI”.

Al terminar, el Padre dio misa y pronunció un sermón para los presentes. Mas tarde los andinistas volvieron hacia los restos del Fairchild, lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego. Decidieron que su trabajo había sido terminado, y alentados por el ruido amenazador de las avalanchas acordaron dejar el lugar.

De los dieciséis sobrevivientes, a lo sumo hubieran jugado aquel partido de rugby cinco de nosotros". Para ese chico de dieciocho años que pertenecía a la clase alta uruguaya, hijo del carismático artista Carlos Páez Vilaró, el viaje a Chile no era una ocasión de gloria deportiva sino su primera separación prolongada de una familia que lo malcriaba. Llevaba 70 dólares que le había dado su madre, que se asombraría al ver que se los devolvía intactos ("¿No gastaste nada?", olvidando que en las altas cumbres el dinero no vale nada.

"Honestamente, el tema de la antropofagia fue algo natural. El nuestro era el hambre de 10 días de no comer nada, de saber que si no comés te morís. No hubo ninguna discusión, la idea había ido germinando en cada uno de nosotros al mismo tiempo, y no llevó más de 20 minutos tomar la decisión". "Yo me como al piloto", había dicho casi en broma Fernando Parrado, uno de los héroes de esta historia. El cuerpo del piloto fue respetado, pero aquello quedó entre ellos como un símbolo de la voluntad de seguir viviendo.

Pero Páez insiste en que la de los Andes no fue su peor cordillera: "La cordillera más dura de mi vida fue mi lucha contra las drogas". Largos períodos de oscuridad, internaciones y hasta un breve encarcelamiento por consumo de drogas marcan los años posteriores a aquel regreso triunfal del 28 de diciembre del 72. Inseguridades, una personalidad adictiva -en la montaña, había "saborizado" el agua con un cóctel de antiácidos y aspirinas que llevaba consigo: "licor" que llegó a ser muy codiciado entre sus compañeros-, la dura relación con su padre.

Una presencia permanente en la historia de los Andes es la religiosidad de casi todos los miembros del grupo. Educados en la tradición católica, en la cordillera muchos establecieron con lo religioso un tipo de relación que trasciende las convenciones. Carlos Páez relata: "Cierta noche fui atacado por una diarrea. Tuve que salir del avión. Me encontré en medio de la formidable cordillera blanca iluminada por una sucesión de relámpagos que se cruzaban en el cielo estallando a lo lejos como fuegos artificiales. El del colegio era un Dios aprendido, pero inexistente o casi. "éste, en cambio, me hacía sentir su presencia con una fuerza desconocida". Mucho después, en una recepción que se le ofrecía en México, se atrevió a decirle a un obispo: "¿No le parece que para llegar a Dios, es preferible un mal piloto que un buen cura?". El obispo rió.

Productor agropecuario, marchand, publicista, hoy "Carlitos" Páez dirige una consultora en comunicación y relaciones públicas. Sus conferencias lo han llevado por todo el mundo a hablar de su experiencia: "Todos tenemos nuestras cordilleras: a vos te pasó lo mismo que a mí, pero con menos rating". Tiene un sitio en Internet: www.carlitospaez.com. "La palabra sobreviviente, dice, es muy mediocre: a partir del día 10, cuando supimos que se habían suspendido las búsquedas, nos transformamos más bien en vivientes. El sobreviviente es el tipo que está en la isla esperando que lo vengan a buscar; el nuestro era un tema de lucha, no de espera."


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